Homeen vivoFlamenco Festival nueva york reúne en su XXIII edición a más de 32.500 espectadores que han asistido a instantes irrepetibles inspirados por el recuerdo de Paco de Lucía

Flamenco Festival nueva york reúne en su XXIII edición a más de 32.500 espectadores que han asistido a instantes irrepetibles inspirados por el recuerdo de Paco de Lucía

La cita norteamericana con lo mejor del toque, el baile y el cante flamenco de nuestro país registra una ocupación media del 84% y 15 ‘sold out’ en las 44 funciones celebradas en 21 espacios de Nueva York, Miami, Boston, Chicago y Washington DC
Flamenco Festival Nueva York puso el pasado domingo 17 de marzo el broche a su 23 edición; una convocatoria plagada de momentos únicos e irrepetibles que ha congregado a más de 32.500 espectadores en las funciones programadas en Nueva York, Miami, Boston, Los Ángeles, Chicago y Washington DC, con una ocupación media del 84% y 15 ‘sold out’ en las 44 funciones celebradas. La gran acogida del público estadounidense afianza, un año más, la posición de Flamenco Festival como uno de los principales acontecimientos culturales del país en torno a la cultura española y el arte flamenco, y como parte esencial de la escena cultural de Nueva York. En este sentido, como apunta su director, Miguel Marín, “un año más The New York Times, considerado el diario por excelencia de Estados Unidos, ha vuelto a dedicar varias páginas a Flamenco Festival y eso solo se consigue gracias al trabajo desarrollado durante estas 23 ediciones. Esa presencia es un indicador de su contribución a la riqueza de la escena cultural neoyorquina”. Y la respuesta del público ha vuelto a poner de manifiesto ese respaldo de la ciudad. “La acogida ha sido tan cariñosa y entusiasta como viene siendo habitual, más aún después de haber sido testigo de instantes que pasarán a la historia de este festival. Hemos vivido noches históricas y momentos irrepetibles”, motivados por el homenaje que han rendido cada una de las 19 compañías y artistas participantes a Paco de Lucía, comenzando por el concierto de inauguración. El recital protagonizado por Tomatito el pasado viernes, 1 de marzo, en el escenario de The Town Hall, el mismo en el que el maestro Sabicas (Agustín Castellón Campos, considerado el impulsor de la internacionalización del flamenco) presentó en 1959 el primer recital de guitarra flamenca de la historia, provocó una estampa nunca antes vista en Flamenco Festival: una imponente ovación con el público en pie en mitad del concierto. [caption id="attachment_10504" align="aligncenter" width="640"] “Invocación” de Ballet Nacional de España en el Teatro Villamarta de Jerez ©Javier Fergo[/caption] Especialmente emotivo fue también el fin de fiesta que el Ballet Nacional de España dedicó a la memoria del maestro algecireño Paco de Lucía en las cuatro funciones representadas en el New York City Center, con la interpretación de ‘Almoraima’, coreografiada por Rubén Olmo, director de la compañía, que puso en pie a los 9.000 espectadores que acudieron a ver el espectáculo ‘Invocación’. La compañía ha regresado a Nueva York con esta adaptación de ‘De lo Flamenco’, coreografía de Mario Maya para la entonces Compañía Andaluza de Danza (actual Ballet Flamenco de Andalucía). En pie y dando palmas al compás, agradeció el público que acudió a Roulette a disfrutar de ‘A Gaya’, el íntimo recital que presentaron la cantaora Inma la Carbonera y la guitarrista Antonia Jiménez, primera propuesta conjunta de ambas artistas; un espectáculo que dio buena cuenta de la relevancia adquirida por la mujer en la evolución del toque. Este atractivo programa que reúne versos de Federico García Lorca y varias poetas españolas cantados, por primera vez, con música flamenca pudo verse también en la antigua residencia del embajador de España en Washington DC y en el Instituto Cervantes de Chicago. Irrepetible fue también la actuación del cuarteto Las Migas en el escenario de Joe’s Pub, del mítico The Public Theater, que cerraron su gira norteamericana en Flamenco Festival con las entradas agotadas al tercer día de su puesta a la venta. El público presente tuvo la ocasión de ver sobre el escenario al saxofonista colaborador de los Rolling Stones, Tim Ries, espectador habitual del festival e invitado de honor a este espectáculo, y a la también cantante y ganadora del Grammy Latino Nella Rojas. Además de acercar el arte de los nombres más representativos y consagrados del flamenco español, Flamenco Festival se distingue por dar cabida a las nuevas y jóvenes figuras en diferentes disciplinas, ofreciendo así un espacio para su incursión en la escena internacional. De este modo, además de Tomatito, Olga Pericet, Manuel Liñán y el Ballet Nacional de España, el público norteamericano ha podido ver en escena a las nuevas generaciones que irrumpen con fuerza en el panorama. Es el caso de Paula Comitre, Alejandro Hurtado, Andrés Barrios, Sandra Carrasco, David de Arahal, Raúl Cantizano, Alfonso Losa, el Yiyo, Inma La Carbonera, María José Llergo e Israel Fernández junto a su inseparable Diego del Morao. El Kauffman Music Center/Merkin Concert Hall fue testigo del derroche de la personalidad marcada y única del cante de Israel Fernández, que agotó las entradas de su concierto; un ‘sold out’ que volvía a registrarse en la recta final del festival como ya ocurriera con las actuaciones de Las Migas; los guitarristas Antonio Rey, Alejandro Hurtado, Rycardo Moreno y Yotam Silberstein; el Ballet Nacional de España y el pianista Andrés Barrios, entre otras. Y es que el público ha vuelto a respaldar masivamente a Flamenco Festival Nueva York, que continúa creando afición. En este sentido, el festival ha programado un año más la tradicional función escolar, a la que asistieron 2.000 niños de entre entre 8 y 14 años para disfrutar de ‘La Leona’, el espectáculo en el que la bailaora y Premio Nacional de Danza 2018 Olga Pericet homenajea a la célebre guitarra del luthier Antonio de Torres, primer prototipo del instrumento como actualmente se conoce en el mundo flamenco, realizando un recorrido por su proceso de construcción. Ya por la noche y también en el New York City Center, Pericet presentó el espectáculo ante un patio de butacas entregado que ya viene siguiente la trayectoria de la cordobesa desde sus participaciones anteriores en la cita. Esta apertura de audiencias queda reflejada también en la expansión del festival a nuevos circuitos. Así, además de los espacios habituales (Instituto Cervantes, Jazz At Lincoln Center, The Town Hall, Elebash Recital Hall, etc.), Flamenco Festival Nueva York se expande a otros puntos de la ciudad ubicados en distintos barrios y distritos: desde Manhattan a Brooklyn pasando por Harlem y el Bronx, abriéndose a públicos muy diversos. Según destaca el director, “el público es la razón de ser de Flamenco Festival, que llena los teatros y muestra ese entusiasmo intacto. Son los espectadores quienes nos dan el impulso y la motivación para continuar otro año más y entre ellos encontramos a muchos jóvenes y a quienes son fieles desde los comienzos”. Como resalta Marín, “uno de los logros del festival es haber consolidado a un público maduro que va buscando la propuesta de un artista en su totalidad. Incluso siendo esta más sobria e íntima, la conexión que se establece entre artista y espectadores es muy fuerte y evidente. Ha sido el caso, por ejemplo, de los recitales de cante y toque que han ofrecido Inma La Carbonera y Antonia Jiménez o Israel Fernández y Diego del Morao, por citar algunos”.

Una experiencia flamenca que trasciende los escenarios

En esta edición dedicada a grandes maestros como Vicente Espinel, considerado el padre de la guitarra española; y Paco de Lucía, ha habido también lugar para una de las figuras esenciales de la pintura española. Así, la Hispanic Society of America de Nueva York acogió otra de las citas singulares de la 23 edición de Flamenco Festival: arte y flamenco se dieron la mano en una velada exclusiva que puso el foco en la obra del pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida. El conjunto pictórico ‘Visión de España’ cobró vida con las actuaciones del cantaor Gabriel de la Tomasa, el guitarrista Alejandro Hurtado, las bailarinas Sara Arévalo y Estela Alonso, y el director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo. Como apunta Marín, “lo sorprendente de Nueva York es que, después de 23 años, podamos celebrar eventos como este, en espacios que despiertan una gran inspiración tanto al público como a los artistas, para dar lo mejor de sí”. Así, más allá de los espacios escénicos, Flamenco Festival continúa ampliando sus lazos en la ciudad para ofrecer otros eventos significativos que enriquecen la experiencia de esta cita con la emoción del flamenco español contemporáneo. Es el caso del simposio internacional ‘Paco de Lucía y las Américas’, organizado por la Foundation for Iberian Music (The City University of New York), primera de carácter académico sobre su figura que se celebra en los Estados Unidos y que ha reunido a aclamados músicos, prestigiosos académicos y personalidades del periodismo para analizar la indeleble influencia de América en Paco de Lucía y, a la inversa, el impacto de Paco de Lucía en la música y los músicos de América, así como su influencia transformadora en la escena mundial de la música. La conferencia impartida por el periodista Juan José Téllez en el Instituto Cervantes (‘De Vicente Espinel a los jóvenes cantautores: de versos y de cuerdas’) y el estreno mundial de ‘Transmissions’, serie documental focalizada en creadores que utilizan el arte y el flamenco como vehículos de transformación artística y personal, han completado las actividades paralelas celebradas en esta 23 edición, junto con la cajoneada. Esta conmovedora iniciativa para recordar a Paco de Lucía que tuvo como protagonista al instrumento peruano que él introdujo con maestría en el flamenco reunió a más de una treintena de cajones en el singular espacio conocido como ‘El Rincón Criollo’ (La Casita de Chema). Emplazado en el barrio del Bronx, esta localización, lugar de reunión habitual de la comunidad puertorriqueña en Nueva York que organiza actuaciones y talleres musicales, fue el escenario de este emotivo homenaje que unió en torno al cajón a percusionistas flamencos y latinoamericanos afincados en la ciudad.